lunes, 30 de octubre de 2017

Entrénate para saber ESCUCHAR...

La segunda técnica para saber escuchar se denomina “escucha activa”.

Al utilizarla comprometes tu atención para comprender el mensaje completo, a través no sólo de la comunicación verbal, sino del tono de voz y el lenguaje corporal de tu interlocutor.
Hay muchos recursos para lograr que la persona se dé cuenta de que la estás escuchando activamente, por cuestión de espacio, mencionaré sólo tres de ellos.
El primero es “parafrasear”. Utiliza alguna palabra que consideres central en el mensaje que estás recibiendo de tu interlocutor, por ejemplo, si te está platicando que se siente muy ansioso, podrías parafrasear: “la ansiedad es difícil de manejar”, y lo que provoca la paráfrasis es que el hablante amplía la información sobre la palabra que has subrayado al sentirse escuchado y, de la misma manera, comprendido.
Un segundo recurso es “reflejar el estado emocional de tu interlocutor”.
Es insuficiente decirle: “entiendo cómo te sientes”. Sería mejor decir algo como esto: “puedo darme cuenta en tu voz que te sientes un poco ansioso”.
Evita decirle que no tiene por qué sentirse así, pues estarías reprochándole una conducta que no sabe cómo manejar y le causarás mayor ansiedad aún. 
El tercer recurso es “validar el mensaje recibido”.
Demuestra que lo aceptas tal como te lo dijo aunque no estés de acuerdo. La escucha activa no pretende juzgar ni corregir, sino que la persona se sienta escuchada y comprendida y esto, es el primer paso para que pueda encontrar buenas soluciones.

Antonio Alonzo Ruiz, psicólogo clínico, UVHM.

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