Cuidar nuestro Corazón (segunda parte)
Estamos hablando del Top diez contra la Vejez, que
responde a la pregunta,
¿A qué nos enfrentamos cuando envejecemos?
Dijimos que el séptimo escenario se
da, cuando se presenta alguna disfunción del órgano rey de la geriatría, el corazón.
1. ¿Qué podemos hacer para fortalecer nuestro
corazón durante el envejecimiento?
Veamos algunas
sugerencias:
· Una buena
rutina de ejercicio físico. Lo primero es estar seguros que nuestro corazón está en buenas condiciones. Si
tenemos algún problema cardíaco, debemos hacer ejercicio bajo vigilancia
médica. Pero definitivamente, en ambos
casos es la mejor opción para fortalecer nuestro corazón y nuestro sistema
circulatorio. Entre los más recomendables para los abuelos están, la caminata o la carrera, la natación o el aquagym que es una combinación de gimnasia y aeróbic, pero en el
agua; el tai-Chi y la yoga, acompañadas de alguna gimnasia aeróbica y el spinning que es el aeróbic por excelencia. La frecuencia y
tiempo ideales, 5 veces a la semana, por
un mínimo de 20 minutos.
· En la dieta evitar
calorías y grasas y comer frutas,
legumbres, vegetales y cereales, sobre todo de avena que es excelente para el corazón; es muy recomendable beber
jugos que favorezcan la circulación y adelgacen
la sangre; de manera especial el jugo de apio, combinado con piña, betabel, y sus hojitas de perejil,
añadiendo un poco de zumo de naranja
y miel de abeja. Que además de exquisito, es un regalo matutino para tu sistema cardiovascular.
· Tomar cuando
menos 2.5 litros de agua al día. La razón es que, a través del sudor,
la orina y la respiración, solemos perder 2.5 litros de agua diariamente.
Además, las personas que beben agua
suficiente al día, tienen un 41%
menos de posibilidades de sufrir un ataque
al corazón. El agua es esencial para
controlar nuestro peso corporal, ya que regula el apetito de manera natural y ayuda al cuerpo a
metabolizar la grasa almacenada. Se recomienda tomar dos vasos de agua (templada) antes de cada comida y no tomar líquidos fríos durante o inmediatamente después de la comida, ya que los líquidos fríos solidifican cualquier cantidad de grasas que hayamos consumido, dificultando la digestión.
·
Buen descanso y
relajación. Durante el sueño nocturno,
suelen renovarse los tejidos de la piel y del corazón, entre otros tejidos. Mientras más oscura esté la habitación donde dormimos, mejor descansa el cerebro y el corazón; nuestro organismo se recupera mejor. Cuando
estamos despiertos, la relajación, como
hábito psicoprofiláctico está indicada
para aquellas situaciones estresantes que los abuelos enfrentan en su vida
diaria.
2.
La frase del abuelo de hoy.
Antonio Alonzo.
15 años de trabajo con adultos mayores..con buenos resultados.
Conferencias..orientación en asuntos del envejecimiento..terapia especializada para los abuelos..
Comunícate..
vía mail: esparacrecer@yahoo.com.mx
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