Estamos en
el tema, “Valores humanos, en clave de
envejecimiento”.
Ahora
veremos un punto que es primordial durante el proceso de aprendizaje de los
valores familiares.
Valores humanos, en clave de envejecimiento, son aquellos valores necesarios para una sana convivencia familiar y que la mejor manera
de aprenderlos y experimentarlos, es a través de la convivencia armónica y cotidiana con los abuelos, quienes a través de su ejemplo y experiencia, los van trasmitiendo -paulatinamente- a toda la familia.
Veamos diferentes prácticas y momentos de la dinámica familiar, donde podemos ir aprendiendo y asimilando estos valores:
- La convivencia cotidiana y armónica con los abuelos, permite que se forme en el ambiente familiar y en cada uno de sus miembros, una imagen y un concepto equilibrados y positivos sobre el valor de la vejez.
- El platicar cotidianamente con ellos, nos va enseñando que nuestra familia tiene un pasado del cual provenimos; que tenemos costumbres, celebraciones que pertenecen a la tradición familiar y esto nos permite fortalecer los valores de nuestro sentido de pertenencia y de aprecio a nuestra familia.
- Cuando la familia valora la presencia de los abuelos, se convierten en la razón para reunirnos frecuentemente y convivir entre las diversas generaciones –hermanos, tíos, primos, yernos, nueras, nietos, bisnietos- lo que promueve y fortalece los valores de estabilidad y unidad hacia el interior de la familia.
- Los abuelos son una fuente diferente de amor y de afecto para toda la familia. La tarea de los abuelos ya no es castigar, sino -con su experimentado ejemplo y palabras- orientar y animar a corregir nuestros errores. Por lo que percibimos su amor y afecto como más maduro e incondicional, lo que puede fortalecer el valor de la tolerancia ante las grandes diferencias que suelen haber en toda familia e incluso, presente la tolerancia, es más fácil practicar entre nosotros el valor del mutuo perdón, tan necesario como ausente, en muchas de nuestras familias.
En conclusión, los abuelos podemos ser verdaderos
maestros de valores familiares y lo primero que podemos enseñar es que una
familia con valores, no es una familia perfecta, sino la que está dispuesta –día
a día- cueste lo que cueste, a ayudarse y a perdonarse mutuamente; a cuidar celosamente -a través de
los años- la mejor herencia que con tu
ejemplo podrías dejarles, la capacidad de amarse y respetarse incondicionalmente todos y cada uno de los miembro de tu familia, aún cuando a ti, te haya tocado partir de este mundo.
aalonzo@crehas.org
Antonio Alonzo Ruiz.
Orientación y terapia gerontológica al 7444201950, la línea de los Abuelos y la Familia.
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