sábado, 1 de febrero de 2014

La actividad física provoca mejores y saludables sensaciones emocionales y corporales..

Primera convicción del ‘Espacio de los Abuelos’ 

(2a parte)

“Envejecimiento 

no es 

sinónimo de 

enfermedad, 

tristeza o 

soledad”.

La capacidad y aptitud para el ejercicio físico que las personas pierden al envejecer, se debe más que al envejecimiento en sí mismo, a la creencia y convicción que ya no pueden practicar actividades físicas y las dejan por completo.




El 'sábado de los abuelos' anterior nos hemos 

referido específicamente a cuatro diferentes tipos 

de actividades en las que abuelas y abuelos pueden 

-y deben- seguir ejercitándose periódicamente, 

para seguir experimentándose diaria y 

afortunadamente vivos:

  1. La actividad física.
  2. La actividad familiar y social.
  3. La actividad intelectual.
  4. Y la actividad sexual.

Hoy hablaremos de la actividad física cotidiana

que debe ser de acuerdo a la edad, condición o 

capacidad física de cada uno, la cual redunda en 

saludables sensaciones emocionales y corporales y 

en un mejor funcionamiento de todos nuestros 

órganos y sistemas.

¿De qué manera beneficia a nuestro cuerpo una buena rutina de ejercicio físico durante el envejecimiento?  

1. Sistema músculo-esquelético. Conserva o aumenta la masa y fuerza muscular, lo que genera una sensación de mayor control en los movimientos y mejora la capacidad y resistencia al realizar ejercicio y nuestras actividades diarias.

2. Sistema nervioso. Aumenta la capacidad de controlar los movimientos conscientes e inconscientes de nuestro cuerpo y organismo. Mantiene más relajada a la persona.

3. Sistema cardiovascular. Estabiliza la frecuencia cardíaca y conserva o aumenta la capacidad aeróbica. Fortalece el ventrículo izquierdo que impulsa la sangre arterial a través de la Aorta, que distribuye la sangre oxigenada por todo el cuerpo, a través de arterias subsidiarias.

4. Sistema respiratorio. Mantiene la elasticidad pulmonar, incrementa la oxigenación de la sangre y del cerebro, aumentando -paulatinamente- nuestra tolerancia al ejercicio físico. El cerebro bien oxigenado, mejora la capacidad de memoria, la seguridad personal y el estado de ánimo.



Convéncete que la vejez NO es sinónimo de 

enfermedad y que en esta vida -si así te lo 

propones- la edad en sí misma no será 

impedimento para sentirte sano, feliz y muy bien 

acompañado.

Antonio Alonzo Ruiz,
especialista en deterioro cognitivo y 
psicoestimulación.
Coaching y psicoterapia,
Adulto Mayor, Pareja y Familia.
Citas: 943 13 78 y 999 346 62 06
aalonzo@crehas.org
www.crehas.org

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