Primera convicción del ‘Espacio de los Abuelos’
(2a parte)
(2a parte)
“Envejecimiento
no es
sinónimo de
enfermedad,
tristeza o
soledad”.
no es
sinónimo de
enfermedad,
tristeza o
soledad”.
La capacidad y aptitud para el ejercicio físico que las personas pierden al envejecer, se debe más que al envejecimiento en sí mismo, a la creencia y convicción que ya no pueden practicar actividades físicas y las dejan por completo.
El 'sábado de los abuelos' anterior nos hemos
referido específicamente a cuatro diferentes tipos
de actividades en las que abuelas y abuelos pueden
-y deben- seguir ejercitándose periódicamente,
para seguir experimentándose diaria y
afortunadamente vivos:
referido específicamente a cuatro diferentes tipos
de actividades en las que abuelas y abuelos pueden
-y deben- seguir ejercitándose periódicamente,
para seguir experimentándose diaria y
afortunadamente vivos:
- La actividad física.
- La actividad familiar y social.
- La actividad intelectual.
- Y la actividad sexual.
Hoy hablaremos de la actividad física cotidiana,
que debe ser de acuerdo a la edad, condición o
capacidad física de cada uno, la cual redunda en
saludables sensaciones emocionales y corporales y
en un mejor funcionamiento de todos nuestros
órganos y sistemas.
que debe ser de acuerdo a la edad, condición o
capacidad física de cada uno, la cual redunda en
saludables sensaciones emocionales y corporales y
en un mejor funcionamiento de todos nuestros
órganos y sistemas.
¿De qué manera beneficia a nuestro cuerpo una buena rutina de ejercicio físico durante el envejecimiento?
1. Sistema músculo-esquelético. Conserva o aumenta la masa y fuerza muscular, lo que genera una sensación de mayor control en los movimientos y mejora la capacidad y resistencia al realizar ejercicio y nuestras actividades diarias.
2. Sistema nervioso. Aumenta la capacidad de controlar los movimientos conscientes e inconscientes de nuestro cuerpo y organismo. Mantiene más relajada a la persona.
3. Sistema cardiovascular. Estabiliza la frecuencia cardíaca y conserva o aumenta la capacidad aeróbica. Fortalece el ventrículo izquierdo que impulsa la sangre arterial a través de la Aorta, que distribuye la sangre oxigenada por todo el cuerpo, a través de arterias subsidiarias.
4. Sistema respiratorio. Mantiene la elasticidad pulmonar, incrementa la oxigenación de la sangre y del cerebro, aumentando -paulatinamente- nuestra tolerancia al ejercicio físico. El cerebro bien oxigenado, mejora la capacidad de memoria, la seguridad personal y el estado de ánimo.
Convéncete que la vejez NO es sinónimo de
enfermedad y que en esta vida -si así te lo
propones- la edad en sí misma no será
impedimento para sentirte sano, feliz y muy bien
acompañado.
Antonio Alonzo Ruiz,
especialista en deterioro cognitivo y
psicoestimulación.
Coaching y psicoterapia,
Adulto Mayor, Pareja y Familia.
Citas: 943 13 78 y 999 346 62 06
aalonzo@crehas.org
www.crehas.org
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