lunes, 3 de noviembre de 2014

Manejo del concepto de la Muerte en el ámbito familiar. (Parte 2)

Segunda parte
Con la idea de aprender a ver la muerte como algo natural, les compartimos fragmentos del trabajo de Ana Sylvia Flores Carballo, diplomada en Tanatología.
Continuemos con la segunda parte:
Reyes Zubiría nos dice que el nacimiento es la primera y más dramática pérdida que una persona experimenta al sufrir la expulsión del útero materno, sin embargo inmediatamente es abrazado con amor y se le cuida y alimenta, lo que la convierte en una pérdida temporal reparada de inmediato.

Más adelante vive diversas pérdidas pequeñas, como cuando los padres se alejan temporalmente. Estas pequeñas Muertes que son separaciones dolorosas y a veces pérdidas irreversibles van formando su propio concepto de pérdida.

Las pequeñas Muertes las sufre todo ser humano porque son pruebas de la Vida cotidiana; forman un historial personal y único de pérdidas que se va creando desde muy corta edad.

Esto hace que hasta los cinco años el niño no capte que la Muerte es una pérdida irreversible, a partir de esta edad y dependiendo de cómo los adultos le enseñen a ver la Muerte establecerá su Vida futura, sus temores hacia ella y sobre todo su aceptación.

Refiere también que está demostrado que niños de año y medio de edad que están muriendo lo saben y que entienden que morir es un proceso final e irreversible.

Estadísticamente se sabe que el 50% de los niños de 5 años tienen la certeza de que algún día van a morir.

Entonces lo que nos queda muy claro es que debemos, como ya se mencionó, darles toda la información verídica y necesaria en el momento preciso, ya sea cuando la cuestionen o cuando alguien cercano muera, porque tratando de protegerlos evitándoles un dolor, podemos dañarlos mucho más. El dolor debe encararse, reconocerlo, sufrirlo, no evitarlo.

Además debemos permitirles expresar sus sentimientos al respecto, dejarlos llorar gritar o maldecir si es necesario.

Una parte muy importante en la preparación del niño cuando vive una Muerte cercana es, según sea el caso, permitirle participar ya sea primero en acompañar o ayudar al moribundo y cuando ha fallecido, incluirlo en todos los rituales a los que quiera integrarse, como puede ser un velorio, un entierro, etc, de acuerdo a su edad y a las circunstancias que prevalezcan en el momento, de manera que la experiencia no lo dañe sino lo enriquezca.

(ANA SYLVIA FLORES CARBALLO, diplomada en Tanatología)

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