viernes, 3 de noviembre de 2017

La tercera técnica para saber escuchar se denomina “atención flotante”, término del psicoanálisis creado por Sigmund Freud.

Esta técnica consiste en escuchar a tu interlocutor sin privilegiar ninguna palabra o tema del que te esté platicando, con la finalidad de que la persona al hablar pueda asociar libremente sus ideas.
Como decía el mismo Freud, “no debes otorgar una importancia particular a nada de lo que oyes y conviene que le prestes a todo, la misma atención flotante” (Consejos al Médico sobre el Tratamiento Psicoanalítico, 1912).
La formuló explícitamente así: “La atención flotante supone que cuando escuches, suprimas momentáneamente tus prejuicios conscientes y tus defensas inconscientes” (Ibídem).
Esta técnica exige conocimiento, entrenamiento y concentración de tu parte.
Para aplicarla adecuadamente debes permanecer neutral en tres sentidos: en cuanto a los valores religiosos, morales y sociales de tu interlocutor para evitar aprobar, rechazar o dar consejos.
Neutral respecto a las manifestaciones transferenciales de tu interlocutor, es decir, manifestaciones agresivas o afectivas que suelen afectar tu entendimiento y capacidad de permanecer neutral, a fin de entender objetiva y claramente lo que pretende comunicarte.
Por último, neutral en cuanto a todo lo que estás escuchando, es decir, no conceder importancia preferente a ninguna expresión verbal o no verbal de tu interlocutor por el hecho de coincidir o no con tus propias creencias o convicciones, ya que cuando apruebas o rechazas alguna parte del discurso, tu capacidad de escucha disminuye o simplemente se bloquea.


Antonio Alonzo Ruiz, psicólogo clínico, UVHM.

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