domingo, 24 de noviembre de 2013

Si la religión y la espiritualidad no ayudan a ser mejores personas, algo NO está funcionando bien..

¿Es lo mismo ser religioso que ser espiritual?

Investigadores de la UVM y la UNAM, exploraron, a través de entrevistas y cuestionarios, cómo viven su vida religiosa y espiritual los Adultos Mayores mexicanos y cómo impactan en su salud mental. La muestra tomada para la investigación, fue de 125 personas entre los 60 y 70 años de edad, de ambos sexos, con nivel educativo y religión indistintos.(°) 

Los resultados de la investigación, están llenos de datos muy interesantes y conclusiones que rayan en lo asombroso. Por ejemplo, que una buena parte de los adultos mayores mexicanos que se dicen 'religiosos', es notable -según los resultados que arroja el estudio- que dicha religiosidad no les ayuda mucho contra los sentimientos de soledad e incluso depresión; otra parte de ellos, se mostró satisfecha con sus prácticas espirituales, mostrando una mejor salud mental. 

¿Dónde reside la diferencia?


Al leer con atención los resultados completos y sus conclusiones, me quedaron claras, entre otras, dos cosas: 


  1. hay personas que ‘usan’ la religiosidad 
  2. y otras que ‘viven’ su espiritualidad.


  • Usar la religiosidad, significa tener la religión simplemente como un refugio ante nuestros temores e inseguridades, pero sin ninguna convicción y compromiso con las normas éticas y morales que toda religión -seria- nos va a sugerir. Nos decimos religiosos, pero en realidad, nuestro comportamiento cotidiano, demuestra una profunda actitud materialista, egoísta e incluso, irrespetuosa ante las realidades y situaciones que exigen nuestra atención y participación directas, así como nuestra comprensión y solidaridad concretas.
  • Vivir la espiritualidad, significa que nuestros comportamientos cotidianos, son guiados  y expresan un compromiso claro, concreto y estable con la ética y la moral que la religión que hemos elegido nos sugiere e, incluso, exige. Me parece que aquí reside la gran diferencia.


En conclusión, para enfrentar exitosamente los grandes desafíos y retos que trae consigo la vida cotidiana -para ser mejores personas- no te será suficiente usar la religiosidad como un refugio
Es necesario descubrir la verdadera espiritualidad como una práctica cotidiana que nace de tu interiorguiada y comprometida con principios éticos y morales que sostienen y alimentan tus convicciones más profundas y te llevan a la acción concreta, eligiendo siempre el mejor de los comportamientos, tanto para ti, como para todas las personas que caminan contigo a lo largo de la vida.

Nota: No aplican restricciones. Los resultados de este estudio son válidos para todas las edades, religiones, partidos políticos, condición social y sexo.

Antonio Alonzo, director.
Crehas formación y desarrollo.

Coaching y capacitación personas y organizaciones.
Psicoterapia: adulto mayor, pareja y familia.
Consultas 943 1378 y 999 346 6206
aalonzo@crehas.org
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(°) Comentarios basados en la investigación realizada por Armando Rivera-Ledesma y María Montero y López-Lena; docentes de la UVM y la UNAM, respectivamente.

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